No sabía si era buena idea escribir al respecto, pero bueno; es solo compartir mi punto de vista.
Estar embarazada es la dicha más grande que he sentido en mis casi 28 años de vida. Desde el primer instante en que te das cuenta de que ya no estás sola ni un segundo; te enamoras de esa nueva vida de una manera indescriptible,
Aún así, me he dado cuenta que estar embarazada en estos días no es nada fácil.
He tratado de achacarmelo a mi misma, a que mi rostro sin maquillaje (he incluso con él según me han dicho) no aparenta más de 20 años, a mi voz aguda o al simple hecho de que mi pancita no se notó demasiado hasta hace solo un par de semanas, pero ahora que lo pienso creo que nada de ésto ha sido por mi culpa.
Es la falta de valores, en especial la empatía, la que hace que hombres y mujeres se mantengan al margen de la vida mas allá de su nariz.
Situaciones que he pasado como por ejemplo: que nadie te ceda el asiento en el transporte público, fingiendo que están dormidos (as) o distraídos con su smarthphone, taxistas que se molestan si te tardas un poco más en bajar del auto o bajar tus bolsas, conductores que no se molestan en darte el paso en la calle, burlas hacia tu persona o miradas agresivas (en especial y sorprendentemente de parte de mujeres) son solo unas pocas de las muchas cosas que he podido notar estando de éste lado de la situación.
Yo se, que como jóvenes y adultos también estamos cansados y queremos llegar a casa, que viviendo en la ciudad andamos de prisa todo el tiempo y que vivimos en un mundo que lucha por la igualdad de genero (que a mi punto de vista sería mejor la equidad de genero, pero bueno, eso ya es tema aparte). Pero en verdad ¿Te cuesta tanto trabajo imaginar que tú también seas hombre o mujer, estuviste dentro de tu madre por nueve meses en los que probablemente se sintió cansada o adolorida? No, no es hacerse la victima, es algo natural, que tu madre y todas las madres del mundo escogieron para que tú estuvieras aquí ahora.
El embarazo en menor o mayor medida causa síntomas, algunas tienen la suerte de no sentirlos, otras los padecemos casi desde el día uno, no es algo que te haga cambiar de opinión respecto a tu embarazo pero sí es algo que va modificando tu estilo de vida. Caminas más lento y en ocasiones con dolor de espalda, te mareas o llegas a perder el equilibrio. Aún así no puedes dejar de hacer tu vida, así que como puedes prosigues con tus obligaciones, quizá modificando un poco tus horarios; de ser posible para no viajar en horas pico pero ¿Y si no es posible? ¿Es tan difícil intentar no empujar a una embarazada o a una mujer u hombre con un bebé en brazos? ¿Te pesa tanto el desayuno o la comida como para cederle tu asiento por unos momentos?.
Creo que podría exigirlo, ya que toda mi vida gracias a los valores que mi familia me inculcó, le cedí el asiento a las personas que lo necesitaran, respeté los lugares reservados, ayudé a personas que se les dificultaba ingresar o bajar del transporte público y jamás agredí o empujé a alguien en ésta situación, no lo digo como presunción, lo digo como una petición de solidaridad. Puedo jurarles que jamás afectó mis horarios y el cansancio que pude sentir se me quitó al otro día.
Quizá no te gusten los bebés, quizás piensas que la maternidad no es para ti, solo piensa que gracias a una mujer que decidió que la maternidad era para ella es que tú estas aquí. Es verdad, no es obligatorio ceder el asiento o ayudar a los demás, es algo que te nace. Pon tu granito de arena cuando esté en tus manos, en verdad se hace la diferencia y muchos te lo vamos a agradecer.